Contemos historias. Historias cotidianas de esas que forman y conforman el alimento esencial, esas mondas y migajas, y qué mejor manera de hacerlo que mediante las imágenes y los relatos de todas. 
Emiliano, labrador
Emiliano, labrador

Emiliano, labrador

Hay dos caminitos.

Pues habría… ¿Qué serán? 50-60 pilas. Estaba el agua corriente que pasaba por ellas. Era donde las madres bañaban a los niños, pero era un agua muy fría en aquellos tiempos, vamos, ¡y lo es ahora!
Ahora, anda si hay 20 pilas. No hay muchas no. Al venir las cosas más modernas, todo se ha destruido y todo está desapareciendo, ¿me entiende? Este pueblo no es ni la sombra.

– ¡Pero tiene unas vistas muy bonitas!


Bueno, esas no hay quien las quite, pero yo me refiero a lo otro. Este pueblo desaparece porque no hay vida para la juventud y todo está desapareciendo. ¡Ah! Le iba diciendo donde estaban los lavaderos. Pues mire, tire esta carretera adelante y en la curva verán un caminito.

– ¿A la izquierda?

O sea, va usted derecho… a la derecha. Hay dos caminitos. Tire recto, y luego al subir como, a unos 30 metros, hay otro caminito y ahí están los lavaderos, vamos, estaban, porque ya no existen.

– ¡Pero entonces no hará falta ir! Si no existen…

Santa Cruz del Valle, Ávila