Contemos historias. Historias cotidianas de esas que forman y conforman el alimento esencial, esas mondas y migajas, y qué mejor manera de hacerlo que mediante las imágenes y los relatos de todas. 
Limpiaparabrisas
Limpiaparabrisas

Limpiaparabrisas

Parar el carro en el primer semáforo que abre la ciudad. Ya llegamos. Unos segundos de espera. Los suficientes para destensar los gemelos tras varias horas de viaje. Trago de agua. Mientras tomas la botella, una niña se abalanza en la luna delantera del coche. Otra más pequeña le sigue. También llevan una botella, un trapo y una gran sonrisa. Apenas da tiempo a reaccionar cuando una de ellas ya ha echado el jabón. Frota y seca casi a la par. En un breve instante el cristal reluce. El semáforo se pone en verde. Momento de arrancar. Las dos niñas esperan con sosiego la propina tras la ventanilla. Acto seguido los coches pitan impacientes.

– ¿Alguien tiene sencillo?
– Yo tengo algún pesito.
– Chido carnal.


Arrancamos. Hay fiesta en la ciudad.

México